viernes, 19 de enero de 2007

"Bebo para hacer interesantes a las demás personas"

-Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…

-Lo malo del amor es que muchos lo confunden con la gastritis y, cuando se han curado de la indisposición, se encuentran con que se han casado.

-¡Hay tantas cosas en la vida más importantes que el dinero! ¡Pero cuestan tanto!.

-Nunca olvido una cara pero con la suya haré una excepción.

-Lo malo del amor es que muchos lo confunden con la gastritis y, cuando se han curado de la indisposición, se encuentran con que se han casado.

-Disculpen si les llamo caballeros, pero es que no les conozco muy bien.

-Me casé por el juzgado. Debería haber pedido un jurado.

-Partiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cotas de la miseria.

-Es usted la mujer más bella que he visto en mi vida... lo cual no dice mucho en mi favor.

-El verdadero amor sólo se presenta una vez en la vida... y luego ya no hay quien se lo quite de encima.

-No piense mal de mí, señorita. Mi interés por usted es puramente sexual.

-Hay que avivar el cariño del amor con el abanico de la indiferencia...

-¿Quiere usted casarse conmigo? ¿Es usted rica? Conteste primero a la segunda pregunta.

-¿Por qué y cómo ha llegado usted a tener veinte hijos en su matrimonio?
-Amo a mi marido.
-A mí también me gusta mucho mi puro, pero de vez en cuando me lo saco de la boca.

-Bebo para hacer interesantes a las demás personas.

-Recordad que estamos luchando por el honor de esa mujer, lo que probablemente es más de lo que ella hizo nunca por sí misma.

-¿Servicio de habitaciones? Mándenme una habitación más grande.

-Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros.

-Parad el mundo que yo me bajo.

-Conozco a centenares de maridos que volverían felices al hogar si no hubiera una esposa que les esperara. Quiten a las esposas del matrimonio y no habrá ningún divorcio.

-El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio... si puedes simular eso, lo has conseguido.

-¿Por qué debería preocuparme por la posteridad? ¿Qué ha hecho la posteridad por mí?

-He pasado una noche estupenda... pero no ha sido ésta.

-Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente.

-Si sigues cumpliendo años, acabarás muriéndote. Besos, Groucho.

-Perdonen que no me levante. (Epitafio de Groucho)


GROUCHO MARX